La denuncia de agresión sexual interpuesta por la limpiadora de un hotel de Nueva York al director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan, devuelve a la palestra otros sonados casos de escándalos sexuales de políticos. Desde John Kennedy a Bill Clinton, pasando por Silvio Berlusconi o el propio alcalde de Ponferrada, todos perdieron los papeles, los modales y las formas por un rato de sexo.
Increíble que sigan estos mangantes en el poder
La política no es ajena al abuso sexual. Diputados, senadores, ediles, alcaldes o incluso presidentes del Gobierno han sido acusados de escándalos que pudieron arruinar sus carreras. Sin ir más lejos, el ex alcalde de Ponferrada, Ismael Alvarez, quien ahora regresa a la política local nueve años después de abandonar el Ayuntamiento por haber sido condenado por acoso sexual. El Tribunal Supremo confirmó la condena por acoso a la que fuera concejala y teniente de alcalde de su corporación, Nevenka Fernández.
Más recientemente un ex concejal del PP de Palma Mallorca,Rodrigo de Santos, también fue juzgado por gastarse dinero público en drogas y en prostíbulos gays. La noticia causó unaamplia conmoción en la clase política balear por la relevancia pública del acusado, que fue número dos del Ayuntamiento de Palma y ha desempeñado diversos cargos públicos.
En Estados Unidos han sido varios los presidentes afectados por los escándalos de tipo sexual. John Kennedy es famoso por sus múltiples escarceos e infidelidades, entre ellos el que mantuvo con Marilyn Monroe o su relación con una mujer que a su vez estaba viéndose con dos capos de la Mafia.
El escándalo por excelencia fue, sin embargo, el de otro demócrata de EE UU, Bill Clinton. En 1998, el presidente de EE UU mintió públicamente al negar una relación sexual con la becaria Monica Lewinsky. La humillación que sufrió fue global. Fue impugnado por perjurio, abuso del poder y obstrucción a la justicia. Clinton entonó entonces el "mea culpa" por el romance con la becaria Monica Lewinsky alejando la posibilidad de ser expulsado de la presidencia.
Europa también ha asistido atónita a los escándalos sexuales de sus hombres de hierro.Berlusconi, por ejemplo, se ha convertido en el primer líder de un país que tiene que dar la cara ante un juez durante su mandato por presunto abuso sexual de una menor, en el llamado 'caso ruby'. Las fotos y los testimonios de las fiestas con las velinas a las que supuestamente invitaba en sus mansiones han dado también la vuelta al mundo. Pese a los juicios, mediáticos y en la audiencia de Milán, Berlusconi se mantiene aguerrido al poder.
Preguntados expertos de EE UU sobre por qué se repite el binomio político-escándalo sexual, varios creen que los líderes son tipos de carácter osado y tienden a arriesgar, incluso en lo prohibido. Otros aducen que los políticos representan al 'macho alfa', el gorila de la manada. Por ser osados han conseguido llegar al poder, pero su carácter les hace también más cercanos al perfil de acosador.
El que fuera jefe de Estado de Israel de 2000 a 2007, Moshe Katsav, dejó su cargo después de que varias empleadas le acusaran de acoso sexual. Una incluso presentó cargos por violación. Recientemente, Katsav ha sido condenado en el Tribunal de Distrito de Tel Aviv a siete años de prisión por violación y agresión sexual. Tras la lectura de la pena, Katsav rompió a llorar, perdió los nervios y comenzó a gritar al juez: "¡Te equivocaste, has permitido que gane la mentirosa!".
De vuelta a EE UU en 2007 el caso del legislador republicano Larry Craig, involucrado en unescándalo homosexual, dio la vuelta al mundo. Fue descubierto en un baño público al que van los homosexuales a mantener relaciones sexuales anónimas y renunció a su cargo. Otro republicano, Elliot Spitzer, dimitió recientemente por su relación con una prostituta. y desató un acalorado debate. Dejó su cargo dos días después de descubrirse su vinculación a una red de prostitución de lujo y tras negociar su salida con la fiscalía general del estado. Considerado la imagen de la rectitud moral y de los valores familiares, ha visto como en horas su carrera política caía en picado y su nombre se unía a la lista de los políticos estadounidenses forzados a dimitir por haberse visto involucrados en líos sexuales.
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